Hoy, 17 de noviembre se cumplen 50 años de El Catamarcazo. Se trata de una movilización en la que actuaron diversos sectores sociales que lograron ser escuchados, a pesar de la violencia y muerte. Tras semanas de reclamos contra el gobernador de facto, General Guillermo Brizuela, concluyó con una balacera donde hubo una adolescente fallecida.
A cincuenta años de El Catamarcazo, todavía siguen vigentes los acontecimientos que marcaron una coyuntura en la historia local. Ese fatídico día 17 de noviembre de 1970, Catamarca vivió una jornada de inusitado dramatismo. Había comenzado con un acto de enérgica protesta de la Policía provincial que se autoacuarteló en la cárcel.
Dicha sublevación policial representaba una noticia absolutamente inédita en la crónica lugareña. A eso se sumó ya transcurrido el día la adhesión del pueblo manifestando espontáneamente. Allí solicitaban a viva voz la renuncia del gobernador Brizuela. De repente, desde el interior del Gobierno partieron ráfagas de ametralladora que impactaron en la multitud que se encontraba en la Plaza 25.
El saldo inicial de la represión fue de un muerto: la estudiante oriunda de Huillapima, María Dolores Pacheco, y cinco heridos, algunos de ellos de extrema gravedad. La situación se hizo muy confusa, los manifestantes intentaron ingresar a la Casa de Gobierno, pero rápidamente se dispersaron. Como consecuencia, el presidente de facto Onganía desplazó a Brizuela.
Catamarca no estuvo ajena a los tiempos que se vivían en el país y la región. La típica tranquilidad catamarqueña se vio sacudida por las ráfagas de armas y los gritos de reclamos ante los pedidos de equidad y justicia. Estos hechos fueron el preludio de una época más oscura aún. 50 años más tarde, los catamarqueños recuerda la fatídica fecha como el Catamarcazo.
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