Si bien se conocía desde el día anterior que había integrantes del Concejo Deliberante de Andalgalá que eran vínculo estrecho de un caso positivo de Covid-19, y sabiendo que esas personas habían estado en el edificio en la semana, igual se procedió ayer a la asunción de las nuevas autoridades. No se podía posponer el acto o hacerlo en otro lugar. Insólito, o no tanto, se priorizó el aspecto político y la ambición, no la cuestión sanitaria y la vida de las personas.
El flamante presidente es Sebastián Almada (Frente de Todos), quién el día de la sesión preparatoria se mocionó a sí mismo y fue electo por el voto sorpresivo del radicalismo que comanda el intendente Eduardo Córdoba, exponiendo así un acuerdo peronista-radical, en la comuna tironeada por la minería. Por temor a no asumir -trascendió que se judicializaría-, Almada y sus socios radicales hicieron un acto a las apuradas sin atender al coronavirus.
Ya en el cargo que soñaba ocupar, y sin poder ocultar lo inocultable, el concejal peronista tomó la primera medida como flamante presidente del cuerpo. Ordenó que ceden las actividades por casos sospechosos de coronavirus. Más vale tarde que nunca, no vaya a ser que se complique. De repente se tomó consciencia del peligro sanitario y entró el temor al virus proclamado pandemia, (temor por supuesto fue menor al de no asumir como autoridad del Concejo Deliberante). Almada le tenía más miedo a no ser el presidente, que a morir de covid-19 o que otro se muera.
Al parecer, si son intereses políticos, nadie puede impedir estos actos, aunque sean una “locura sanitaria”, y, sobre todo si es un “acto oficial”. Sabiendo desde el día anterior de los casos sospechosos de covid-19, no hubo entidad por encima que le ponga un freno. Lo que las autoridades y concejales condenan en la sociedad y se rasgan las vestiduras pidiendo responsabilidad, a la hora de la verdad, terminan mostrando la hilacha.
De manera que el tema sanitario pasó a segundo plano. Más importante era la asunción de Almada y el acuerdo con los concejales radicales (Ignes, Brizuela, Maidana). Se expuso al personal, familia y comunidad en general sin necesidad. Mirando por la ventana quedaron Atencio, Santillán y Olaz. ¿Cuál era la urgencia de jurar como presidente? Está claro que, para los Sres. concejales, vale más la asunción burocrática de las autoridades sin trascendencia que la salud y la vida de la gente. Por eso después cuando hablan de minería y medioambiente descolocan a medio mundo.
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