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El País

¿Por qué hicieron huelga los repartidores de Apps?

“Mientras las empresas cuentan millones nosotros contamos nuestros muertos”.

Empresas como Rappi, Glovo y PedidosYa vieron interrumpidos sus servicios en todo el mundo por huelgas de sus repartidores. En Argentina, las provincias que más acataron la consigna “#YoNoReparto” fueron Ciudad de Buenos Aires, La Plata, Rosario, Mar del Plata y Córdoba. Y es que durante la pandemia uno de los empleos que definitivamente no cayó fue el de delivery. Pero mientras las Apps veían crecer sus acciones bursátiles, los trabajadores llegaban al hartazgo, denunciando: “Mientras las empresas cuentan millones nosotros contamos nuestros muertos”.

Desde Agrupación ATR, el gremio que los nuclea, convocaron al paro internacional. “Volvemos a las calles, seguimos esta lucha incansable por todos nuestros derechos como trabajadores. Para pedir justicia por los compañeros fallecidos, para seguir luchando contra la precarización laboral asesina. Para golpear con un solo puño a las patronales y sus gobiernos cómplices”, escribían previo al paro.

Ser repartidor en medio de la pandemia

En lo que va de la cuarentena ocurrieron 6 crímenes laborales, es decir, repartidores murieron en accidentes durante el servicio. Las empresas no se hacen cargo desde ningún punto por las pérdidas y los repartidores reclaman justicia e indemnizaciones. Asimismo esperan que las jornadas laborales se acorten a 6 o 7 horas, para evitar tantos accidentes, ya que en muchas ocasiones sus horarios se extienden hasta 12 o 14 horas para poder llegar a un sueldo básico.

Hace poco circulaba una publicidad de Rappi, en la que llamaba a sus repartidores “RappiHéroes”, a lo que el gremio ATR respondía que eran más bien “RappiExplotados”. En esas fechas, al comienzo de la cuarentena, se dio el primer paro de repartidores. En el que reclamaron fundamentalmente que reconozcan lo insalubre de su trabajo. Y es que ni siquiera por la pandemia otorgaron elementos de higiene a los repartidores, ellos mismos tienen que costearlos.

Por ello, exigen un bono de 5.000 pesos mensuales retroactivo a marzo, cuando comenzó el aislamiento social por la pandemia. También que se los provea de elementos de protección, testeos para quienes hayan estado en contacto con casos de Covid-19 confirmados y que se les pague cuando deben permanecer en cuarentena. Finalmente, exigen el derecho a rechazar pedidos en zonas peligrosas.