Durante el mediodía del día de hoy, el presidente Alberto Fernández, celebró el acto en conmemoración al Día de la Independencia. Se cantó el himno y alumnos de distintos colegios a lo largo del país leyeron la declaración que fue firmada en Tucumán en 1816, consolidando así la libertad del país. Aprovechó la ocasión para recordar la gran figura de Mercedes Sosa y su aporte a nuestra patria y cultura; y dedicó unos minutos a una clase de historia nacional.
El presidente busca construir una imagen de gobierno inclusivo, tratando de achicar brechas, no sólo desde la palabra sino desde el contexto discursivo general. Por ello, y representando el federalismo lo acompañaron desde la virtualidad gobernadores, gremialistas y representantes de los sectores industrial, de comercio y del sector agropecuario en una muestra de diversidad ideológica.
Hizo referencia a la realidad presente citando la obra “La Peste” de Albert Camus, y a lo largo de su discurso, bajo el lema “cuidándome, te cuido” reiteró la importancia de la solidaridad, la contribución ciudadana y el cuidado de la población frente al coronavirus. “No es un contexto fácil. Los que en 1816 declaraban la independencia argentina, tampoco habrán pensado en una pandemia, a nosotros nos toca este revuelo universal” expresó.
Frente a las fuertes críticas sobre la extensión de la cuarentena y el decaimiento notable de la economía, aclaró que “absolutamente TODOS” estuvieron de acuerdo con la medida; pues, lo principal para él es cuidar la salud de la población y garantizarle la atención sanitaria necesaria. “Quédense en sus casas y aléjense de la peste” y expresó que se siente tranquilo porque “estamos haciendo las cosas bien”.
Para finalizar, resaltó la importancia de dejar de lado el odio y la división que no nos llevarán a buen puerto, alegando que terminará con los “odiadores seriales” que ningún bien le hacen al país. Destacó que “le duele ver el odio, venga de donde venga” y que sí tenemos futuro y sí tiene ideas para continuar con su gestión, sin repetir “errores del pasado”. Sin embargo, ¿será cierto que el odio le duele “venga de donde venga”? ¿Con quiénes “terminará” primero? ¿No resulta contradictorio a la “diversidad ideológica”?