La semana pasada, el ministro de Educación de Catamarca, Francisco Gordillo, dejó su cargo en la cartera. El funcionario venía de varias polémicas por los malos manejos en el organismo, y luego de una reunión con el gobernador presentó su renuncia. El gobierno tendría que haber encontrado rápidamente su reemplazo, pero por el momento se da el lujo de no hacerlo.
La renuncia de Gordillo en Educación era algo que se veía venir desde hace un largo tiempo. El ministerio había tenido varios problemas, el primero era la designación de cargos a personas que no habían pasado por los concursos correspondientes. Esto provocó que el gobierno le sacara la posibilidad de designar cargos y pasara esto a la secretaría de Recursos Humanos.
La semana pasada, Gordillo había expresado: “El gobernador sabe, desde el primer día de la gestión, que tiene mi renuncia a su disposición en su escritorio. Nosotros somos fusibles, el día que él decida aceptarme la renuncia voy a irme sin decir nada. Nunca estuve pegado a ningún cargo, estoy tratando de cumplir con mi función de la mejor manera posible”.
Un día después, el ministro de Educación se reunió a solas con el gobernador, Raúl Jalil. Luego de esta larga charla, Gordillo presentó su renuncia y volvió a asumir como intendente de la ciudad de Pomán. A partir de ese momento, la cartera quedó acéfala y esto es preocupante. A pesar desde que circularon varios nombres para ocupar el puesto, todavía no se definió.
Es decir, el gobierno se está dando el lujo de tener a Educación sin un titular. Esto en medio de varios conflictos. Primero con los IES, que pasarán a otro ministerio, algo que provocó muchas protestas. Luego están las paritarias con los docentes, las mismas iniciaron la semana pasada pero no continuarán. Aclararon que van a esperar a que esté el nuevo ministro.
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