Hace unas semanas, Jorge David Vega denunciaba por medio de sus redes sociales un hecho de vandalismo en el altar del cerro El Garcían. Habían corrompido las estatuas de la Virgen del Valle y Fray M. Esquiú sin ninguna finalidad más que causarle dolor a los fieles. Tras unas semanas el vocero de los hechos pudo contar la otra cara de la historia. Un grupo de personas colaboraron en la recomposición del altar.
Este viernes Jorge pudo anunciar una buena noticia. “Con mucha satisfacción hoy me toca publicar la contracara de la anterior publicación”, escribió en las primeras líneas de la publicación en la que contó como recuperaron el altar. En el mismo explicó que un grupo de personas “con mucho esfuerzo” pudo conseguir el dinero para volver a poner de pie el lugar religioso ubicado en el cerro El Garcían.
“Gracias al esfuerzo del señor Lucas Noblega y junto a un grupo de amigos de una agrupación de motocross”, pudieron recolectar los recursos necesarios para solventar la reparación. “Se volvieron a reponer en sus grutas y altares, las imágenes de nuestra morenita y de nuestro Frayle catamarqueño”, agregó el fiel. Además, resaltó el hecho de que el recurso financiero que consiguieron salió “del propio bolsillo de estos muchachos”.
El acto de vandalismo en cerro El Garcián
El pasado 8 de octubre Jorge David Vega denuncio que los altares de la Virgen del Valle y de Fray M. Esquiú habían sido vandalizados. Al hacer su recorrido diario en el cerro El Garcián se encontró con el lugar destruido. “Nuevamente estas lacras humanas hicieron de la suya”, apuntó el joven tras ver lo que habían hecho. En este sentido explicó: “Le cortaron la cabeza a nuestra morenita Virgen del Valle y destruyeron totalmente la imagen de nuestro futuro santo Fray Mamerto Esquiú“.
Tras esto la indignación y el dolor afecto a los fieles de la región y principalmente a Jorge. “Nosotros en lo personal ya no sabemos como llamarle el accionar de estas porquerías de personas”, expresó en el marco de lo que había pasado. Además agregó que no era la primera vez que se encontraba con el altar en ese estado. “Jugaron con nuestros sentimientos y principalmente con nuestra fe”, concluyó Vega.
