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Empresa de la Capital de Catamarca solo toma operarias 90,60,90

Trabajo durante cuatro meses y la despidieron por no ser “flaca”.

Injusticias se ven todos los días, en todos los ámbitos. En los tiempos que corren muchas cabezas se han abierto. Se han dejado de lado creencias casi arcaicas, pero no todos han podido llegar a esto. Hoy una joven ha denunciado en sus redes sociales que una empresa textil ubicada en la Capital de Catamarca solo toma operarias 90,60,90. Luego de trabajar cuatro meses le dijeron: “Ya te vamos a llamar, pero tenés que bajar de peso”

“Me hicieron laburar 4 meses decían que aprendiendo, que me faltaba velocidad y en una semana aprendí, pasaron meses agarre velocidad, pero me cansé”, escribió Noelia Molina en su cuenta de Facebook. Como cualquier joven de la Capital de Catamarca de 25 años se presentó a un nuevo trabajo y dio todo de sí. A cambio, no recibió lo mismo por parte de sus empleadores, sino que fue desplazada con torpes argumentos.

“Me dijeron ya te vamos a llamar, pero tenés que bajar de peso porque el jefe vino con ideas nuevas”, relató la indignante historia. Las pretenciones del empleador giraban en torno a la contextura física de las mujeres que trabajarían en su textil. Según trascendió podría tratarse de Macata S.A, ubicada en la Capital de Catamarca. “Quiere que sean delgadas ya hizo correr a una”, agregó la Noelia.

“Mi tiempo, y los 4 boletos que me gastaba para ir todos los días, el laburo que les saque. Eso no veían cada vez que me dejaban trabajo atrasado de otros operarios”, comentó al punto de la indignación. “Trabajé en plena pandemia dos horas diarias de lunes a viernes”, pese al esfuerzo fue desplazada de su puesto de trabajo. Durante cuatro meses, cinco días a la semana presto sus servicios para que no la acepten por su imagen física.

“Trabajo hay de sobra, pero nadie te avisa al empezar a practicar que no se aceptan “gordas” como me dijeron”, reclamo Noelia. La publicación sigue y señala: “Que basura de sociedad y Gobierno, les dan privilegios a gente de otras provincias para que abran fábricas en nuestra provincia para que nos humillen”. No importó al momento de dejar a alguien sin trabajo su experiencia laboral, sino que se priorizó que se encuentre dentro de los estándares de belleza que manejaba el empleador.

Pero pese a todo esto, Noelia Molina se retiró con la frente en alto. Los cuatro meses de trabajo “esclavo”, dieron sus frutos. Hoy tras pasar el mal momento cuenta con conocimientos sobre una nueva profesión. “Gracias, pero la gordita tiene estudios y una carpeta con muy buenas referencias. (…) Ahora se echó una profesión al bolsillo porque aprendí a coser, pero sobre todo a no trabajar más gratis para nadie”, concluyó.

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