Zaira Justiniano, joven dirigente peronista y novia del Director de Derechos Humanos, Hernán Velardez Vaca, también recibió la vacuna Sputnik V. La información trasciende por publicaciones en las redes sociales de políticos favorecidos por el sistema que reciben la dosis antes que personal esencial o personas mayores que aún esperan para ser vacunados. La noticia de El Aconquija se conoce justo hoy, en el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
Mientras el oficialismo defiende la logística que se implementó para la aplicación de la Sputnik V, los catamarqueños se enteran por las redes sociales de personas con vínculos políticos que acceden a dosis que tendrían que haber ido a los abuelos, personal sanitario, policial o penitenciario que no han tendido novedades y que se encuentran prestando servicio sin descanso. El tema es que, una cosa es lo que dice el Gobierno y otra lo que sucede en la práctica. Poco aparece en todo el año el director de Derechos Humanos como para ahora hacerse ver con esto.
Ser “dirigente peronista”, “novio/a de”, pareja de, esposa/o de, “hijo/a de” un funcionario, parece tener cierta ventaja en esta crisis sanitaria. En la desesperación por vacunarse la clase política mostró la hilacha. Incluso, esa condición de sentirse inmune al Coronavirus ha cegado a los funcionarios que se olvida que el grueso de la población aún no se vacunó y que las medidas deben mantenerse. Si bien ellos y su familia están a salvo, la comunidad casi en su totalidad sigue en riesgo.
Lo peor es que los peronistas privilegiados exhiben en sus estados de WhatsApp, Facebook y otras redes sociales sin ningún problema o con todo desparpajo el Carnet único de vacunación contra el SARS CoV2 (Covid-19), como muestra la imagen. Por lo general este tipo de abuso de las administraciones de turno molesta a la gente común pero evidentemente no lo pueden mantener en reserva a pesar de causarle un daño al Gobierno y al partido al que pertenecen.
El oficialismo casi siempre quiere desviar la atención o guarda silencio Nadie aclara nada, si pasa, pasa. Están más preocupados en acceder a la segunda dosis aunque la mayoría de los catamarqueños no haya recibido la primera. Este atropello se hace en nombre de slogan y propaganda política que no alcanza a distraer a los demás ciudadanos que permanecen postergados.