Ramón Barros es albañil, se reconoce pobre. Sin embargo, encontró esta mañana en un taxi un maletín con 110 mil pesos y 3 celulares de alta gama en la Capital de Catamarca. No sabía lo que había en el maletín hasta que lo abrió, lo hizo con la intención de obtener información para ubicar al dueño, un hombre de apellido Ramayo. Lo devolvió. El vecino que lo perdió no lo podía creer. Barros dice que relacionan al pobre con las drogas y la delincuencia, pero que hay gente en ese segmento social con valores.
Barros contó en “Buenas Tardes República” que se emite por FM República que estaba haciendo trámites en el centro de la Capital de Catamarca y que tuvo que tomar un taxi. Al subir al vehículo se dio con la sorpresa del maletín negro y la primera reacción fue no decirle nada al chofer. Se bajó del auto con el maletín y se dirigió a un bar, pidió permiso para ir al baño y allí abrió el portafolio para ver qué tenía y de quién era. “Tenía un sobre con dinero que decía 110 mil pesos”, comentó el albañil a FM República.
Barros sostuvo que también había tres celulares de alta gama, “que jamás en mi vida podría comprar” y documentación varia del dueño. El albañil dijo que agarró su motito y partió a buscar al desafortunado hombre que había perdido la plata y demás elementos que -por esas horas- había llamado a todos lados tratando de dar con el maletín. “No podían creer que yo tenía el portafolio con el dinero”, exclamó.
En la charla el dueño le preguntó de qué vivía. Barros le comentó que era albañil y que tenía necesidades, que efectivamente era pobre. El dueño le replicó que podría haberse quedado con el dinero. El trabajador le contestó que los pobres tienen mala fama de estar relacionados con las drogas y la delincuencia, pero que hay pobres honestos que tienen valores y que es lo que intenta trasmitirle a sus hijos.
Ramayo, dueño del portafolio, le ofreció una recompensa y el albañil no aceptó. Le contestó que lo hace pensando que Dios lo ayudará. “Ando con lo justo”, manifestó Barros en la radio. Agregó: “Camino, veo, con eso ya basta. Yo quiero trabajar nada más. Los pobres somos mal mirados, droga, delincuencia. Que sepan que tenemos valores”, sostuvo. El dueño del maletín no tenía palabras de agradecimiento para tamaño gesto. Y quedó claro que, en las diferentes clases sociales -alta, media, baja-, hay de todo, buena gente y de la otra.
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