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Violencia laboral: la jefa que le sacó las sillas a empleados obesos del Hospital San Juan Bautista

La necesidad hace que el personal se quede callado pero, en la era de la comunicación, se sabe todo.

Un caso particular se da en el Hospital San Juan Bautista que podría enmarcarse en la figura de violencia laboral. La jefa de apellido Gigena les sacó las sillas a los empleados de la cocina. Entre los trabajadores hay personas mayores, obesas y hasta un empleado con prótesis en la rodilla. El servicio de la cocina no tiene nada que ver con sentarse 5 minutos  mientras hierve una olla, ese abuso de poder es una forma más de violencia que se “perfecciona” con otros.

No pueden sentarse porque la jefa Gigena dice que “queda mal” y por eso hizo sacar las sillas. Hay mujeres con sobrepeso y personas de edad o con problemas de flebitis que tiene que estar todo el tiempo parados.  Incluso hay un hombre que tienen prótesis en la rodilla. Pocos se animan a hablar por las amenazas y la represalia de la patronal como por ejemplo quite de guardias. La necesidad hace que el personal se quede callado pero, en la era de la comunicación se sabe todo.

La cocina del Hospital San Juan Bautista era un desastre antes de la refacción. Se refaccionó gracias al reclamo de los trabajadores. Ahora que tienen cocina nueva -aunque a medio terminar todavía-, la jefa les sacó las sillas y no los deja sentar porque dice que queda mal. Sin embargo a Gigena no le pareció mal que los empleados trabajen en pésimas condiciones en una cocina que era un peligro en sí misma. Por entonces tampoco le preocupaban las sillas o si trabajaban sentados o parados.

Sin embargo, hoy, con los cambios que no logró ella -porque no le importó la seguridad ni el bienestar del personal y los pacientes- quiere  ver a todos parados como si fuera una cuestión estética. Tal vez se adelantó a la opinión de la gente que, sin poder salir de su casa por la pandemia, por casualidad sale a dar una vuelta y se llega por el Hospital San Juan Bautista para ver si los empleados están sentados o parados. Tal es el argumento de Gigena, “queda mal”.

¿Queda mal? La pregunta es quién es Gigena para sacar las sillas de la cocina o para decir que sentarse queda mal. Si trabaja de nutricionistas que vele por la alimentación sana y equilibrada de los pacientes. Qué tiene que ver la nutrición con las sillas en la cocina  y por qué una nutricionista agrede así al personal que se rompió el alma en esta pandemia. ¿Las autoridades del hospital no determinaron las funciones de la nutricionista Gigena en el esquema general del nosocomio?

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