Esta mañana, surgió una nueva polémica financiera y política en torno al empresario Adhemar Bacchiani. La fiebre por las inversiones virtuales, donde catamarqueños hicieron grandes apuestan teme ver derrumbados sus sueños de hacerse millonarios a partir de las promesas del empresario que viene siendo cuestionado en otras provincias. De las cuales, con diferentes planteos, amenazan terminar en la Justicia de Catamarca.
Existen testimonios de personas que vendieron todos sus bienes y sus vehículos para volcarlos a Adhemar Capital. Hoy, estos catamarqueños de a pie ven sus turnos reprogramados porque Adhemar Bacchiani no está pagando lo que se comprometió en principio. Esa baja en los porcentajes del interés, puso de mal humor y de alerta a los nuevos inversores de Catamarca. Es más, observan que sus ganancias no son tales, mientras el empresario se pasea por sus vehículos de alta gama.
Al parecer, Bacchiani ostenta lujos que confunden a la sociedad, respecto a las garantías de que no se trata de un estafador, sino de una simple interrupción fortuita producto de los mercados. Ya que, aseguran que su empresa tiene las posibilidades reales de responder por las acciones. Esta persona, no es un tramposo a escala mayor, pero si es cierto lo que se rumorea, quedará el tendal de inversores en quiebra.
De ser cierto, los ciudadanos que depositaron su confianza y su dinero en el empresario, van a quedar con una enorme impotencia porque quedará expuesto que estas inversiones han sido un engaño. Muchos ciudadanos sostienen que todo lo relacionado con Adhemar huele a mentiras, por eso crecer la impaciencia y el malhumor de los inversores. De los cuales, muchos de ellos son gente común que quería hacer rica rápidamente y se toparon con un posible oportunista.
La otra polémica de Bacchiani
La otra polémica en torno a Bacchiani, es el enfrentamiento que tiene ante la Justicia con el empresario Cristian Guillou por el boliche Wika. El conflicto surgió cuando Guillou tomó posesión del complejo asegurando que Adhemar no había cumplido con los pagos acordaos. La cláusula novena del contrato, autoriza a que el vendedor se apropie del inmueble en caso de registrar una desobediencia en el trato.