En Catamarca ni los difuntos se salvan ante la crisis en tiempo de pandemia por el coronavirus. Esta mañana se denunció el robo de la tela metálica en el cementerio de Bañado de Ovanta, Departamento Santa Rosa, en el Este catamarqueño. La tela metálica corresponde al cierre perimetral del Cementerio Parque Municipal y no es el primer caso que se registra ante el cuidado en estos lugares o la necesidad de recaudar sin sentido.
Al momento, el encargado de este lugar al ingresar a su puesto de trabajo se dio con la lamentable situación, seguido radicó la denuncia en la Comisaría Local. Otro caso similar fue el del cementerio de Alijilán, también en el Este de Catamarca. Allí, el lugar figuraba tapiado pero se podía reconocer que sólo existía una tela metálica.
La tapia se había facturado y no estaba hecha, además estaban abandonadas al punto de que existen cuevas de animales. Ya nadie puede descansar en paz ni siquiera en la tumba. Por otra parte, desde El Aconquija se reconocía tiempo atrás que los delegados municipales habían intimado a vecinos a pagar los impuestos del cementerio también en el Cementerio de Alijilán.
Está claro que en el Este catamarqueño se abusa metiéndose con un tema muy delicado en un contexto de emergencia sanitaria y económica excepcional. A pesar de que los vecinos exponen las quejas formales, las autoridades no tienen ninguna consideración ni sensibilidad y acrecientan la ansiedad y angustia propia de esta etapa de pandemia mundial.
Entre otras circunstancias cabe recordar que figuran obras desde 2013 que jamás se concretaron, entre ellas la tapia que aún continúa como tela zaranda alrededor del predio. Asimismo, los familiares de los difuntos tampoco descansan en el Este de Catamarca. Nadie se hace responsable de la tumbas, lo peor de todo es el abandono del lugar y el descuido de las gestiones políticas.
You must be logged in to post a comment Login