Hace unos días trascendió la noticia de un proyecto muy particular en Cámara de Diputados de Catamarca. El diputado por Juntos por el Cambio, Carlos Molina, expuso una iniciativa para prohibir denominar a los abogados como “doctores”. El explica, básicamente, que es por el indebido trato de ciertos títulos académicos. Por supuesto que esto generó gran revuelo.
El funcionario alegó que se utilizan “de manera indebida” términos como “doctor”, “licenciado”, entre otros, sin ejercerlos. Explicó es una fata de consideración del ámbito académico. Ademas, por supuesto, de una defraudación al ciudadano común. De hecho, los proyectos que presentaron hasta acá los legisladores dejaron mucho que desear. No se toman en cuenta las verdaderas prioridades de la sociedad.
Por otra parte, el cuerpo de legisladores de Catamarca viene teniendo una actuación muy pobre. La organización dentro de Diputados y Senado podría modificarse durante el nuevo Gobierno. Raúl Jalil, gobernador electo, piensa unificar ambas cámaras. Viendo la ineficiencia del sistema bicameral, quiere unificarlo. Y ya se pensaron en proyectos al respecto.
El diputado Molina ya finaliza su estadía en la Cámara en diciembre de este año, por lo que ya está dejando su cargo. Se comenta que también tiene otros proyectos de menor relevancia bajo el brazo para presentarlos posteriormente. Llama a atención en dónde ponen las prioridades los legisladores de la provincia catamarqueña.
Es increíble que, por tratarse de Catamarca, se planteen propuestas de este tipo en estas circunstancias. Una provincia en donde la falta de agua y de puestos de trabajo es moneda corriente. Además, problemas en el sector sanitario de toda la provincia como lo de las ambulancias también son frecuentes. Es inaudito que estos proyectos sean presentados.
Se deberían presentar soluciones al problema del agua potable y de Salud en Catamarca, temas que deberían ser prioridad en la agenda política. Es irrisorio y a la vez indignante la hipotética situación en donde este proyecto se aplique. De sancionarse, un abogado no debería dejar que sus clientes lo llamen “doctor” debido a la nueva resolución.
De por sí, las iniciativas que van contra las costumbres arraigadas no suelen prosperar. Por lo que resulta insólito que el diputado Carlos Molina siquiera se anime a presentarlo en Diputados. Los funcionarios deberían tratar problemas como la falta de trabajo, ausencia de insumos en Salud y falta de agua potable, entre otros tópicos más relevantes.