Las buenas noticias finalmente llegaron para Alejandra del Carmen Quiroga. En los pasados días El Aconquija informó sobre la grave situación en la que se encuentra Alejandra. Necesita una amputación de pierna urgente y nadie en Catamarca quiere hacérsela. Ella ya pasó por cirugías para tratar de solucionar su pierna, y ahora necesita una respuesta definitiva. Tras un accidente de moto, su vida cambió para siempre.
Alejandra se encontraba muy angustiada por su situación e incluso dijo que debería quitarse la vida para dejar de sufrir. La novedad es que a través de El Aconquija., un medico radicado en la provincia de la Rioja se intereso en el tema de Alejandra y su pierna afectada. Todavía falta definirse el desenlace de esta historia. Alejandra es de Fiambalá pero ahora está en la ciudad de Catamarca esperando una respuesta o que la deriven a alguna otra provincia.
Cabe recordar que Alejandra no tiene obra social pero ahora surgió esta nueva posibilidad. En el hospital de La Rioja, un médico la esperará en la semana entrante y la atenderá. Además La Rioja aseguró que la contendrá y alojará en el hospital, y le dará la prótesis que necesita. Alejandra deberá hacer unos trámites y cambiar su domicilio durante un tiempo. Cabe destacar que una familia de apellido Ramirez, de Tinogasta también intervino activamente para ayudar a esta mujer. Se están consiguiendo los boletos para que lleguen hasta La Rioja a comenzar su tratamiento.
Este es un caso extremo de la salud pública en Catamarca. El ministro de salud, que ahora será diputado provincial, a pesar de la ineficiencia de su gestión, no tuvo reacción ante esta situación de la mujer. Además todo el sistema no tuvo respuestas. La intendente Rossana Paulon estuvo más preocupada en las fiestas que se celebran en el lugar que en ayudar a esta persona. La solidaridad vino de la gente y del gobierno de la Rioja, que mostro humanidad en su medicina y que, evidentemente, no tuvo ninguna duda al momento de ofrecer ayuda a alguien que la necesita.
El interior no tiene un buen sistema de salud ni de asistencia a los pacientes. Derivan a la capital a los enfermos, haciendo que pierdan tiempo y dinero. En cambio, en el sector privado las cosas funcionan diferente, el sistema ha crecido y ha sido beneficiado. Los recursos públicos y de las obras sociales terminan en los sanatorios privados, dejando de lado a las personas que necesitan asistencia pública y a quienes no tienen obra social.