Cuando de prioridades se trata, las autoridades de Catamarca no tienen en cuenta su orden. Un factor tan vital como el agua y su disponibilidad, es ignorado en el interior de la provincia, pero el proyecto minero se hace eco en los ámbitos políticos, tanto provinciales, como nacionales.
El orden de la importancia de las cosas es inexplicable. El pueblo no entiende como pretenden gastar tanto dinero en cuestiones mineras, cuando no disponen dinero, o no lo quieren disponer, para cuestiones tan básicas como la distribución adecuada de agua. En Andalgalá fue electo un intendente que se opone a la minería, justamente por el descontento social que hay con la cuestión de Agua Rica.
El proyecto minero en Agua Rica es impulsado desde el gobierno provincial y desde el nacional. El problema de la distribución de agua se agravaría con el desarrollo de los proyectos mineros. El agua que consume la población proviene directamente de los cerros nevados, es decir, es agua de deshielo, que se ve afectada por el calor, porque se evapora, y también por la falta de infraestructura que hay para su distribución.
Muchas personas no tienen agua, entonces el gobierno resolvió sectorizar el servicio de agua, es decir, repartir por zonas y en determinados momentos. El gobierno no se preocupa por abastecer a la gente, ni por brindar soluciones significativas. La inversión económica en agua es necesaria, y es una de las grandes falencias del gobierno. No hay constancia en la tratativa de este problema.
No es viable un proyecto minero sin consenso social. La situación del agua será insostenible a medida que las mineras empiecen a trabajar. Se habla de una batería de pozos, para abastecer y dar una solución, pero la realidad es que la gente no dispone de agua, y que bajo estas condiciones, no puede desarrollarse nada, a pesar de la necesidad laboral que hay en la zona. Además, el turismo también se vería enfrentado por la minería, ya que no le favorece.
