Sucede que dos personas cruzaron medio país con permisos truchos dónde figuraba sello del Gobierno de Catamarca y la firma del gobernador Raúl Jalil. Esto ocurrió en medio de barricadas y estrictos controles para reducir el ingreso del COVID-19 a la provincia. Los portadores de la documentación aseguran que la obtuvieron en la Casa de Catamarca en Buenos Aires. Paralelamente, el ministro de Seguridad, Hernán Martel, y el propio Raúl Jalil afirmaron que no se autorizó a nadie.
La novela y sus protagonistas
Se trata de los artesanos Walter Diamante y Walter Romero, quienes tras un periplo por Buenos Aires lograron subirse a un colectivo que salía desde el Hotel Presidente Perón con familiares y pacientes afiliados a la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP) con destino a Catamarca. De manera que los mencionados no tenían nada que ver con la institución que dirige Norberto Bazán pero alguien les incorporó en la lista con enfermos de alto riesgo sanitario.
Los afiliados de OSEP se molestaron porque, desde la Casa de Catamarca en Buenos Aires, “infiltraron” a Diamante y Romero. Esto ocurrió luego de que ambos se pasearan por la gran ciudad sin ninguna prevención. Ni siquiera usaron barbijos, e incluso hicieron videos jactándose de comprar y consumir drogas. Como sea, los artesanos sortearon todos los controles con papeles que jamás tuvieron la autorización correspondiente y con una firma que Jalil tampoco hizo. ¿Y entonces?
Por su parte, el que habló fue Diamante, quién aseguró que no falsificó nada y que al permiso se lo dieron en la Casa de Catamarca, ya con la firma de Jalil. También asegura que allí le sugirieron que suba al colectivo que envió OSEP por los enfermos en Buenos Aires. De tal forma que Norberto Bazán (titular de OSEP) y Agustín Lauría (secretario de la Casa de Catamarca) tienen mucho que explicar.
Mientras tanto, circula un listado con los nombres de los pacientes, que incluye a Diamante y a Romero al final del mismo, con un logo del Gobierno de Catamarca. Martel dijo tibiamente que el tema está en manos de la Fiscal de Andalgalá y que iba a llamar por teléfono para interiorizarse. Le restó importancia a la maniobra ilegal, lo que llamó la atención de propios y extraños.