Si bien el músico Juan Ignacio Molina salió a defenderse tras las acusaciones lanzadas por el profesor Mario Toro y el pedido de informe del diputado Tiago Puentes, lo cierto es que Molina la hizo facturar a su madre Marta Ahumada los 750 mil pesos como responsable de Sayani Producciones, por el audiovisual del Himno nacional versión andina que elogió el Presidente Alberto Fernández en su cuenta de Twitter.
El video se hizo en el Campo de Piedra Pómez (Antofagasta de la Sierra) y fue motivo de orgullo nacional pero las denuncias de Toro y la versión de los padres de los pequeños músicos que viajaron estropearon el prestigio del que gozaba el trabajo realizado con instrumentos de vientos en plena puna catamarqueña. El resultado fue tan admirable que el propio Alberto lo destacó en Twitter el pasado 11 de mayo, Día del Himno Nacional.
Molina dijo que no había facturado nada pero obvió a propósito comentar que un familiar directo lo había hecho por él. Trató de mitómano al profesor Toro y denunció que lo querían desprestigiar apelando a la gente que lo conoce de verdad. Sin embargo, saltó que Marta Ahumada, madre de Molina y la persona que figura como responsable de Sayani Producciones le facturó a Estado para que no figure su hijo músico.
Costos
En realidad aún no se sabe cuánto costó hacer el Himno versión andina en Antofagasta pues se especula que varios organismos oficiales aportaron para solventar el mega proyecto pero el entusiasmo oficial perdió de vista la necesaria transparencia que ahora le juega en contra tanto a Molina como a la gestión anterior, pues fue la propia ex gobernadora Lucía Corpacci quien sugirió la idea y que además sea dirigido por Molina, según la cuenta él.
Por su parte Toro afirma que Molina le robó la idea contada en confianza al joven músico, éste se la comentó a Corpacci y obtuvo los fondos públicos manejando plata en efectivo durante la filmación y haciendo facturar a su madre, a medida que avanza la investigación se temen por más detalles. Molina usó a su profesor, a los chicos, al Gobierno e incluso a su propia madre por una fama efímera hoy diluida en el corrupción y el vedetismo.