El exlegislador macrista, Carlos Molina, le pidió en una carta abierta al Gobernador, Raúl Jalil, que vete el paquete de leyes que aprobó ayer la Legislatura entre “gallos y pandemia” y que “demuestre a los catamarqueños que no comparte ni las dictaduras ni que existan aprovechadores del poder circunstancial que el pueblo les dio”. Molina advirtió sobre las consecuencias y dijo que el Poder Judicial será un apéndice del Poder Ejecutivo.
“Cuando ya no hay Justicia independiente se pierde la libertad, la igualdad ante la ley, comienza el deterioro institucional, la sociedad descree de quién tiene que ser el fiel de la balanza. Comienza el gobierno de las mafias, de los carteles, de los poderosos, de los que no tienen escrúpulos y carecen de límites morales, y poco a poco empieza la lucha de facciones. La sociedad comienza a disgregarse” sostiene Molina en una extensa carta.
“De usted depende, gobernador, Raúl Jalil, y de su decisión firme de vetar esas leyes, que la violación institucional de la Provincia y el asesinato de la Justicia no se produzca en forma definitiva y descarada. Acuerde con la oposición en un diálogo franco, a la luz del día, las modificaciones y mejoras a las leyes para mejorar la selección de jueces y la independencia del Poder Judicial”, expresa el diputado mandato cumplido.
“Hablamos de la Ley de Derogación del Consejo de la Magistratura, Ley de Ampliación de la Corte de 5 a 7 miembros, Modificación de la Ley Electoral, Modificación de la ley Orgánica Municipal y Régimen de selección e ingreso al Poder Judicial. Si usted no veta estas leyes, afectará el derecho de las minorías, el Poder Judicial será un apéndice del Poder Ejecutivo, se habrá roto la división de poderes y estaremos a la merced de cualquier tirano o dictador”, manifiesta Molina.
“No hay que enamorarse del poder que siempre tiende a ser efímero y hay que tener cuidado con el virus de los picasesos del poder, que nos escriben el diario de Yrigoyen y nunca van a tener la valentía de decirle que se equivoca o que piensan distinto” y le recuerda que los políticos son inquilinos del poder porque “cada cuatro años el pueblo decide si hicimos lo correcto por el bien del que nos confió la administración, o nos equivocamos”.
