Hace unos días contábamos desde El Aconquija cómo la tarea loable de un grupo de trabajadores en un hospital en Aconquija era precarizado, sin beneficios, y como principal responsable perpetrando tal abuso estaba acusado el propio Estado. Representado en distintos actores, ya sean municipios, ya sea el propio gobierno provincial. Lo real es que estos trabajadores desempeñan un rol fundamental y es menospreciado por todas las autoridades. En esa línea el referente de ATE Salud, José Traverso, contó lo que se vive en estas dependencias, y cómo el personal es negreado en medio de la pandemia.
Traverso contó que la visión de quienes ocupan los puestos centrales de decisión suelen creer que al otorgarle a los trabajadores unas becas, o ingresos de $10.000, planes sociales hasta que los puedan incorporar legalmente al sistema, resulta un acto de bondad. Sin embargo, no dan cuenta que es una suerte de “esclavitudes modernas”. El Estado, claramente no puede ser parte y garante de los derechos de esos trabajadores, en estas condiciones. ¿Cómo, si a través de esta precarización, puede implementar controles laborales en la esfera privada?
Desde ATE Salud sostienen que la falta de fuentes laborales genuinas y privadas se hizo visible en esta pandemia. Sin embargo a causa de esta, la plantilla actual de trabajadores no es la necesaria, y se puede ver a trabajadores esenciales en ciertas actividades, como es el caso de una de la mujeres que se encargaba de la logística de las ambulancias en la localidad de Santa María. ¿Alguien puede siquiera dudar de lo imprescindible de su labor en medio de esta catástrofe sanitaria que atraviesa el país? Pese a ello, están sujetos a un régimen laboral que los mantiene como monotributistas, principal acto ilegal por parte del Estado, que no reconoce en la relación laboral, dependencia alguna.
El trabajo que cumplen estos trabajadores, muchas veces en dependencias estatales como hospitales, deben realizar tareas de limpieza, cocina y demás que implican un necesario cuidado de su integridad, tanto para resguardar la salud de los pacientes como así también del trabajador en sí. Por lo que proveerle herramientas y elementos básicos de cuidado es obligatorio, sin embargo ni en ese aspecto cuida el Estado a sus empleados.
Además de quienes realizan el trabajo en los hospitales se suman los agentes que hacen trabajos en la calle, como los encargados de hacer desinfecciones para evitar el dengue, otra problemática sanitaria que afecta a Catamarca. Lo llamativo es que quien es el principal órgano de control como es el Estado, es el que está violando los derechos laborales con los que cada uno de los trabajadores debería contar.
