(Por Diego Nofal) La minería puede ayudar al desarrollo. Genera riqueza. Multiplica las fuentes de trabajo directas e indirectas. Pero también hay una verdad insoslayable: la minería contamina y mucho. Quien diga que la minería no afecta ambiental y culturalmente a la zona de explotación miente. Eso hizo Lucía Corpacci en una entrevista publicada hoy por Página/12, mintió abiertamente sobre las consecuencias ambientales que provoca la minería.
“Primero hay que desvirtuar tabúes. Yo formo parte del Plan Estratégico Minero Nacional, en el que varias provincias estamos trabajando con el Ministro de Minería de la Nación, y ese es un tema que se toca: cómo queremos la minería, cómo se va a trabajar. Hay una creencia de que la minería es la actividad más contaminante o la que usa más agua y eso es erróneo. El 60% del agua que usa la minería la devuelve. Y además las empresas se cuidan de multas ambientales porque el costo que significa para ellos una mancha de impacto ambiental es altísimo”, señaló Corpacci.
Primero, la empresa que más agua utiliza en el NOA, por lejos, es La Alumbrera. Más que todos los ingenios tucumanos juntos y mucho más que las tabacaleras, citrícolas o bodegas. En sus mejores épocas, según los informes presentados por la misma empresa minera removía, por día, 340 toneladas de roca y utiliza, por minuto, 66 mil litros de agua. Esto sin contar la que se usaba en la planta de tratamiento ubicada en Tucumán a orillas del canal DP2.
Corpacci aseguró que las empresas se cuidan de las multas ambientales, lo cual también es una mentira. En Catamarca, un grupo de pobladores de la cuenca del río Vis-Vis, que vivían a dos kilómetros de la mina, río abajo demandaron a Minera Alumbrera. Según las denuncias la empresa derramó desechos tóxicos al río sin tratamiento previo. La contaminación fue tan grave que tuvieron que dejar la zona. En 2017 la Justicia condenó a la minera por este caso obligándola a resarcir económicamente a los damnificados y a la provincia. En ese momento todavía gobernaba Lucía Corpacci, así que es imposible que desconociera este caso.
“A veces yo me pregunto si el conflicto minero no será porque los obreros mineros ganan bien y pudieron mandar a sus hijos a la universidad y dejaron de ser peones de las grandes estancias de Andalgalá, porque no contamina más que una curtiembre o un ingenio”, dijo la diputada nacional. No tuvo en cuenta que en una mina hay muy poco trabajo permanente para obreros sin calificar. Además insistió con la idea de que la minería no contamina. La Justicia penal comprobó la contaminación con metales pesados del canal Dp2, determinó el delito ambiental por violar la Ley Nacional 24.051 de Residuos Peligrosos y procesó al exCEO de la empresa Julian Rooney, que ahora enfrenta una condena de hasta 10 años de prisión.
La diputada nacional, pudo haber defendido la minería desde el progreso económico. Desde las, pocas, fuentes de trabajo genuino que se creó en Catamarca. Pero eligió mentir sobre cuestiones ambientales. Quiero insistir en el uso de la palabra “mentir”. Porque Lucía Corpacci en su rol de gobernadora estuvo al tanto de todas las denuncias que se realizaron. Bajo su gobierno Andalgalá logró para al proyecto de Agua Rica. Mientras duró su mandato la causa de La Alumbrera hizo que cientos de técnicos y peritos hicieran informes ambientales en su provincia, señalando los gravísimo problemas ambientales que provocó la mina.
Pero hay algo aún más grave. Algo alo que Corpacci hace referencia, a los pobladores de Santa María y Andalgalá. Según ella los movimientos antimineros quieren que la gente del lugar siga siendo empleada en las “grandes estancias de Andalgalá”. Lo que muestra el desconocimiento de la diputada sobre su propia provincia. En los Valle Calchaquíes donde está asentada La Alumbrera, la mayoría de los pobladores son originarios o vienen de familias originarias, tienen a la tierra y al sol como su máxima deidad. De hecho Santa María, a pocos kilómetros de la mina, tiene una escultura gigante de la Pachamama en su entrada. Tal vez Corpacci no entienda, que para esa gente la tierra es dios y la minera se lleva a su dios por un mineraloducto.
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