Tras haber sido sorprendido por antimineros cuando el gobernador Raúl Jalil visitaba una feria de libro, la comunidad se preguntó dónde estaba la custodia de la máxima autoridad de la provincia en ese momento y por qué no lo cuidaron atento a que el primer mandatario invitaba al diálogo a los ambientalistas, pero fue inútil pues no lo dejaban hablar y lo increparon yéndose la situación de las manos. Por este hecho, la custodia pasaría a disponibilidad.
De acuerdo a la información que trascendió, el gobernador habría pedido que le den espacio para interactuar con los ambientalistas. Igualmente, la situación no fue la esperada y Raúl Jalil quedó muy expuesto y a merced de los manifestantes que no paraban de gritarle que interceda en la Justicia para liberar a los detenidos que incendiaron el tinglado de Agua Rica y que permanecen alojados en la Comisaría de Andalgalá
Como muestra el video publicado por El Aconquija, Raúl intentó explicarles que ese tema puntal estaba en manos de la justicia. Los invitó a dialogar, pero la conversación no se pudo concretar. Esto porque algunos manifestantes querían y otros solo atinaban a gritar “fuera las mineras” y “liberen a los presos políticos”. Al final, los ambientalistas dijeron lo suyo. El primer mandatario pasó un muy mal momento, puesto que había ido a distraerse, incluso andaba de short y remera.
El error de la custodia fue no haber cerrado el lugar cuando ingresó el primer mandatario. Hubo una segunda equivocación, cuando Raúl Jalil le pidió “espacio” para dialogar con los manifestantes. El personal de seguridad debería haber aconsejado a Jalil cómo hacerlo y generarle un ambiente seguro para tener el control en el intercambio con los antimineros. Esto más allá de la predisposición del gobernador catamarqueño hacia los ambientalistas.
Efectivamente había gente que estaba demasiado cerca y con el barbijo mal puesto en un contexto de crisis sanitaria generada por el coronavirus. La custodia tendría que haber marcado el tema del distanciamiento. También las condiciones para intercambiar -cualquier fuera el tema- pero una masa de manifestantes se le abalanzó al primer mandatario como si nos hubiéramos olvidado que estamos atravesados por una pandemia quizás peor que la primera ola.
