Conseguir un título, de cualquier grado, amerita un par de años de estudio. Hay quienes creen que pueden saltearse esos años, y que al final lo única que importa es el papel. Por ello recurren a falsificadores, pero esta práctica no solo es indecente sino que constituye un delito. El área jurídica del Ministerio de Educación de Tucumán se percató que estaban vendiendo títulos falsos e hicieron la denuncia.
Perfiles falsos promocionaban la venta de títulos y certificaciones apócrifas en redes sociales. Desde la cartera educativa reunieron toda la información que pudieron y presentaron la denuncia junto a las pruebas ante Ministerio Público Fiscal. Los títulos utilizaban la “validación” de una reconocida institución educativa privada, que tuvo que iniciar un expediente administrativo para afirmar su falta de implicancia en el asunto.
Emitir títulos falsos es casi imposible
Desde el Ministerio de Educación explicaron que es prácticamente imposible falsificar títulos. Estos cuentan con mecanismos de control digitalizados y de calidad. La emisión de un título requiere arduos procedimientos bajo estrictas normativas de auditoría. Además, en el caso del Nivel Secundario, el registro de progreso en el Libro Matriz, las constancias de fechas, calificaciones, firmas de directivos, requieren un trabajo analógico que no podría hackearse.
El Sistema SIGETIC, implementado en la provincia, cuenta con una base de datos con la información actualizada sobre el estado y la veracidad de los títulos emitidos en papel moneda (2008), aclara la página del Gobierno de Tucumán. La autenticidad también se puede corroborar a través de los canales oficiales del Ministerio de Educación, ingresando el DNI.
Los documentos oficiales emitidos en Tucumán cuentan con las siguientes medidas de seguridad:
1. Impresión calcográfica.
2. Imagen latente.
3. Número de serie correspondiente al año de impresión.
4. Fondo de seguridad en colores.
5. Microcalco / microimpresión.
6. Numeración por impacto.