El gobierno argentino anunció este viernes que la telefonía celular y fija, los servicios de internet y la televisión paga serán considerados servicios públicos esenciales. En contexto de pandemia, Alberto Fernández ordenó además congelar las tarifas de esos servicios hasta el 31 de diciembre debido a la alta inflación, que acumuló entre enero y julio un alza del costo de vida de 15,8%. En 2019, la inflación fue de 53,8%.
“Hemos decidido declarar servicios públicos a la telefonía celular, a los servicios de internet y a la televisión paga. De esta manera garantizamos el acceso a los mismos para todos y todas. También hemos dispuesto congelar hasta el 31 de diciembre las tarifas telefónicas, de internet y de televisión paga. Ante las restricciones que la pandemia nos impone, nadie deberá resignar parte de sus ingresos en afrontar aumentos en los precios de estos servicios” escribió Fernández en su cuenta de Twitter.
“De esta manera estamos recuperando herramientas regulatorias que el gobierno anterior (de Mauricio Macri, 2015-2019) quitó al Estado. El derecho de los usuarios y consumidores es un derecho constitucionalmente reconocido. En lo sucesivo, no podrá haber ningún aumento sin la previa aprobación del Estado”, añadió el mandatario, con una fuerte crítica a la gestión macrista.
Esta decisión se suma al congelamiento de las tarifas de electricidad y gas hasta finales de año, luego de que en junio se decidiera prorrogar por otros 180 días la medida que se había dispuesto en la denominada Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva que aprobó el Congreso, pocos días después de la asunción de Fernández. En aquel momento, también se estableció la prohibición de corte de los servicios de luz, agua, telefonía, Internet y televisión por falta de pago.
El aislamiento social obligatorio vigente desde el 20 de marzo, que incluyó la suspensión de las clases presenciales en todas las escuelas y universidades del país, dejó en evidencia la brecha digital y profundizó en la desigualdad de los estudiantes de zonas vulnerables, quienes se han visto terriblemente perjudicados por la pandemia.