Nicolás Wiñazki fue con su familia a un bar, al que solía ir con frecuencia, ubicado en Ciudad Jardín. Su finalidad era festejar el egreso de su hija, que ya terminó el jardín de infantes. Cuando pidió mesa para ocho personas recibió una respuesta negativa y esto no pareció gustarle.
“Me pegaron en la calle, recibí insultos fuertes y tuve unas cuantas discusiones, pero nunca imaginé que podía pasarme algo así”, expuso el conductor, en una nota para el medio Teleshow. No solo se limitó a compartir sus sentimientos, sino que también dio de talles de la incómoda situación que le tocó vivir, junto con su familia.
“Era la primera vez que salía a cenar con mi familia. Estaba mi mamá, mi suegra, mis hijos… Y cuando le dije cuántos éramos me dijo que no me iba a poder atender. Enseguida me di cuenta que era por mi laburo… Y lo primero que me salió decirle es ‘vine siempre a este lugar'”, relató Nicolás. No obstante, el dueño del lugar no cambió de opinión y no los dejó ingresar, cerró la conversión con una fulminante frase: “No sos más bienvenido”.
Tras semejante panorama, el presentador de televisión argentino y su parentela se retiraron del establecimiento. “El dueño nos dijo que le habíamos hecho mal a la Argentina. La verdad, un disparate”, sentenció Nicolás Wiñazki. El periodista quiero dejar claro que su esposa se enojó incluso más que él por lo ocurrido.
Este acto ocurrió el 9 de Diciembre, pero ayer por la noche trascendió por primera vez, ya que el papá del animador, Miguel Wiñazki, dio a conocer el hecho en su cuenta de Twitter. “Intolerantes! Antidemocráticos!”, publicó el periodista. Su amiga Teresita Ferrari se solidarizó y se sumó a la denuncia. “Mi absoluta solidaridad con Nicolás Wiñazki a quien no dejaron entrar en el restaurante Graf Zepelín de Ciudad Jardín por no ser K. Esta vez no le tenemos miedo”.
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