En la tarde del día de hoy, Ramón López, sufrió un accidente laboral en el que nos preguntamos dónde estaban las autoridades para socorrerlo. Pero primero vamos a informarles como sucedió, aproximadamente a las 15:00 hs este muchacho estaba en su puesto de trabajo ubicado en el campo, cuando sufrió el accidente. Una fuerte caída y algunas quemaduras dejaron a Ramón muy malherido. Para desmejorar el panorama, López padece de una discapacidad.
La única opción que tuvieron las personas que se echaron a la tarea de rescate fue realizar una camilla improvisada para trasladarlo hasta Tatón. Pero primero tienen que rescatarlo de un trayecto difícil: 30 kilómetros de subidas y bajadas sobre el cerro. Esta información la tenemos gracias a una vecina que vio la desesperante situación. Recalcó el esfuerzo inhumano que es el traslado a pie.
El puesto se encontraba a 4 horas de la Escuela de Río Grande, recordamos que el camino de la ciudad está cortado desde febrero a causa de las altas lluvias, por lo que el estado del camino es difícil, peligroso e indigno para las personas que trabajan y viven allí. Las autoridades no han planificado abrir el camino y realizar el arreglo que merece, lo que demuestra la decida para el trayecto olvidado.
Un accidente laboral que pudo haber quedado en la pronta recuperación de Ramón López, pero a cambio nos trae un espacio de reflexión respecto a las autoridades de Fiambalá. El camino de Río Grande está cortado desde febrero, es decir hace medio año. ¿Tan ocupados se encuentran como para no mejorar las condiciones y la organización de un camino? ¿Habrá llegado Ramón López a salvo?
Lo cierto es que se espera que las autoridades de Río Grande hagan algo al respecto, tomando el caso de López como llamada de atención tras la negligencia que han mostrado todos estos meses. La situación pandémica no debe ser pretexto para descuidar la accesibilidad, mucho mas sin la contextualizamos a un accidente que pudo haber sido fatal, e incluso pudo haber necesitado una asistencia médica mucho mas temprana.
