Se suponía que por poner una mujer al frente habría mayor sensibilidad y empatía pero la experiencia o la práctica dice otra cosa. En Defensa Civil de Valle Viejo asumió Ana Bastia, pero el personal trabaja sin elementos de protección como muestra la imagen enviada al Correo de El Aconquija. Asimismo los empleados aseguran también ser perseguidos y amenazados con sumario porque los mismos se niegan a trabajar en estas condiciones.
Como se destacó con bombos y platillos, Bastia es la única mujer al frente del Defensa Civil en la región y la segunda a nivel país pero en el organismo hay becados que se les exige trabajar sin elementos de protección cuando podan árboles o hacen desinfecciones, precarizados que son amenazados de quedar sin laburo si no obedecen, lo que significa una suerte de extorción oficial aprovechándose de la hambruna que hay en Valle Viejo.
Recordemos que la Intendenta Susana Zenteno entregó el decreto que puso en funciones como Directora de Defensa Civil a Ana Bastia. En esa oportunidad estuvieron presentes el Director de Defensa Civil de la Provincia, Martín Castelli, y el Delegado de Bomberos Voluntarios de Valle Viejo, Alfredo Gómez. Desde el área de Defensa Civil de provincia se garantizó todo el apoyo y el trabajo en conjunto con Defensa Civil municipal. Pero al parecer, era solo para la prensa.
Hablamos de 12 personas en el turno mañana conviviendo en una oficina de 4 x 3. De esas 12 personas, 4 son becados. Hay también un turno tarde con 8 personas, 3 de planta permanente y 5 becados. Los becados hacen todo tipo de trabajo y no tienen ningún seguro. Es decir 20 personas en total que dependen de Bastia en condiciones precarias sin elementos de trabajo y funcionando bajo amenaza en un servicio elemental para Valle Viejo.
Se podrán dar muchas explicaciones o excusas oficiales pero las imágenes son contundentes para evaluar la gestión. El primer recurso que hay que cuidar es a las personas, de hecho, este discurso es el que se emplea en la campaña para llegar a los gobiernos. Sin embargo, cuando se asume, comienzan las contradicciones internas del funcionario, como si se tratara de “otra persona” o se sintiera con la impunidad o el derecho de convertir en un martirio la vida del trabajador.
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