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Policiales

La otra pandemia: Grave caso de violencia de género en Andalgalá

Esta es una historia de vida atravesada por la violencia de género en Andalgalá. Estos relatos de terror son más comunes de lo que parece. El Gobierno y los legisladores dicen que les preocupa la violencia de género, pero el presupuesto y las acciones oficiales dicen lo contrario. Las leyes no se cumplen porque las instituciones no están a la altura de las circunstancias, a pesar de los discursos sensibleros y los posteos en Facebook, solo para figuretear.

La denuncia policial está hecha en la Comisaría de Andalgalá, de acuerdo la información a la que accedió por ElAconquija.com. Las partes del cuerpo golpeadas de la víctima son el resultado de una persecución, traducen meses de vivir aterrada, perseguida, acosada, amenazada. “No me dejé pegar más, sino me mataba”, son expresiones ordinarias muchas veces frente a autoridades impotentes, tal vez relajadas o hartas de ver que “no se puede hacer nada”.

De acuerdo a la denuncia policial, Javier Albá citó a la mujer en una zona de poco movimiento y la tiró sobre un cerco con espinas. Forcejearon en el suelo y, de alguna forma, le mordió la mano a la mujer en una disputa por el celular. Cuando uno imagina estas terribles escenas piensa en la insuficiencia de las líneas telefónicas gratuitas, la folletería, las charlas virtuales, las publicaciones en las redes sociales, las organizaciones específicas atravesadas por cuestiones ideológicas.

Ausencia de justicia

Ya en el hospital, la atendió el Dr Stucchi donde la víctima sintió un trato despectivo, según los testimonios que recogió El Aconquija. Ya es costumbre el desprecio. A veces, salta en charlas comunes en la vereda del barrio e instituciones locales: “Se lo merecía”, “vos te la buscas”, “lo conozco a él y sé que es incapaz”, “bien hecho”; incluso ir a la Comisaría a hacer la denuncia puede ser otro momento de angustia. La familia desesperada no sabe qué hacer.

La justicia no puede hacer cumplir ni las ordenes de restricción, lo que puede terminar en una muerte. Sin duda, hay un aprovechamiento político del tema. El Estado no está trabajando sobre violencia de género. Puro bla bla. Sin presupuesto destinado a la problemática por más alaraca oficial que se haga, no solo no se aborda el problema seriamente y de fondo, sino que empeorará. Gobernar es priorizar, pero, al parecer, las prioridades pasan por otro lado.