En el día de hoy, el Gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, junto al Intendente de la Municipalidad de El Rodeo, Armando Seco Santamarina, recorrieron las obras del nuevo puente de la villa veraniega. La obra de dicho puente se está llevando a cabo sobre la calle “Las Maravillas”, para quienes conocen la zona, es el puente que está abajo de la tradicional Casa Villafañez.
Este puente ya había sido remodelado en una oportunidad tras el trágico alud que se vivió en la localidad, en enero del 2014. Este desafortunado fenómeno natural no sólo arrasó con muchas viviendas de lugareños y veraneantes, sino también ocasionó múltiples víctimas fatales. Además de que la villa veraniega nunca terminó de recuperarse por completo en lo económico y turístico.
A pesar de la remodelación realizada a dicho puente, esta obra consistió en su demolición total. Según el oficialismo, “para dar paso a un nuevo puente más amplio” el cual implique mayor seguridad y eficiencia ante las crecidas, además de agilizar el tránsito en ese sector. Sin embargo, resulta imposible no preguntarse la necesidad de remodelar desde cero este cruce, en lugar de poner de levantar nuevamente el puente que fue arrasado por aquella crecida del 2014.
¿Será tan de extrema necesidad demoler un puente, en vez de garantizarle seguridad económica a los lugareños que deseen invertir en turismo y gastronomía en la zona? Si bien El Rodeo es una localidad con paisajes que enamoran, en donde la clase media y alta catamarqueña poseen sus casas de fin de semana o veraneo, resulta sumamente importante que la villa veraniega más cercana a la capital catamarqueña no parezca un pueblo fantasma cuando llega la época de temporada baja.
Desde el trágico alud hasta el día de hoy, la principal política del actual oficialismo fue culpar a la última gestión gubernamental del radicalismo en la provincia, en la cual estuvo Eduardo Brizuela Del Moral a la cabeza. Hicieron política con las víctimas, con la infraestructura de El Rodeo, y hasta con los sobrevivientes. Sin embargo, luego de 6 años la villa nunca volvió a ser la misma. A pesar de que la de 2014, no fue la primera crecida de sufrieron.