En la policía hay buenos e inclusos excelentes efectivos pero también hay personal sin vocación que avergüenzan el uniforme. En esta oportunidad relatamos hechos en Hualfín (Belén) del correo de lectores de El Aconquija. Parece que no se puede hacer dos actos correctos seguidos, se interviene en una falta y luego sobreviene el abuso y la falta de respeto. En Catamarca con hacer solo lo “correcto” o “normal” sería suficiente para estar mejor pero, por supuesto, eso no pasa.
Se celebraba un cumpleaños que como sabemos choca con las restricciones que pesan por la emergencia sanitaria, limitaciones que se reflejaron en el aislamiento, distanciamiento obligatorio y uso del barbijo. El caso es que la policía irrumpió en un festejo en Hualfín, secuestró la comida y la bebida con la que después hicieron un banquete continuando ellos con el festejo y puso preso a los infractores. Hasta ahí vamos bien pero la policía hoy no tiene marco de contención.
En la Comisaría, los policías se sienten con más confianza para hacer y decir cualquiera cosa, desde apremios hasta abuso de autoridad y bromas de mal gusto, por ejemplo gritaban con doble sentido que “la cumpleañera tenía que soplar la vela en la Comisaría”. La tarea de los efectivos consiste en prevenir y en intervenir cuando se viola la ley, lo demás sobra, relaja, echa a perder lo bueno, trasgrede lo legal innecesariamente manchando el uniforme.
Encima los policías no te reciben la denuncia en la Comisaría -no importa qué gravedad tenga- si involucra a las autoridades o funcionarios municipales. Mientras la policía responda a los intendentes (en este caso Villagrán) no se toman denuncias aunque sean acosos e incluso una violación si guardan algún vínculo con el poder. Para peor el Juez de Paz no terminó ni la secundaria. O sea, tierra de nadie.
Que los efectivos respondan a los intendentes puede deberse a que la fuerza no tiene los insumos para funcionar y entonces el jefe comunal les tira nafta y unas monedas de manera individual. Por tanto el policía no tiene relación con las directivas del Jefe de Policía o la Cúpula policial (que además deberían garantizar el combustible para los móviles) sino que están obligados -o lo que es peor, les gusta andar de mendigos en la municipalidad.