Los políticos están tan perdidos que invertirán más de 20 millones en otra plaza en plena pandemia. A sabiendas de que ese dinero hace falta para paliar la terrible crisis sanitaria y laboral que atraviesa el pueblo catamarqueño, a los funcionarios de turno se les ocurrió justo en este momento refaccionar el paseo público del departamento Andalgalá. No es una prioridad, es un capricho. O un negocio en pandemia.
La refacción de la plaza es un viejo anhelo pero a la “Perla del Oeste”, como a otras localidades del interior catamarqueño, le faltan muchas cosas. No es prioritario intervenir el paseo público cuando el coronavirus amenaza poner en jaque el sistema sanitario y el personal que se encuentra batallando en el frente se encuentra sin elementos para trabajar y con sueldos paupérrimos. No es el momento para refaccionar plazas.
Al parecer, tanto el intendente de Andalgalá, Eduardo Córdoba (radical-macrista), como el gobernador, Raúl Jalil (Frente de Todos), no parece importarles las necesidades actuales de los andalgalenses, pero, en este caso, la sordera oficial tiene que ver con la vida y la muerte. El contraste es determinante. No es extraño, lo primero que hicieron Córdoba y los concejales este año fue aumentarse el sueldo, más tarde les negaron ese mismo derecho a los trabajadores. Otra vez las prioridades alteradas.
Intervenir plazas se ha convertido en una tendencia provincial desde hace un par de años porque creen que se traduce en votos. Era otro contexto. En la actualidad justificar la inversión millonaria en una plaza por el supuesto futuro turismo es no saber dónde están parados y qué año es. La actividad turística se encuentra resentida por la pandemia, los bares cierran sus puertas casi todos los días porque no pueden sostenerse. Políticos a contramano del mundo jugando con fondos públicos. ¿Se divierten?.
La prioridad es la política sanitaria y la gente. Una vez controlada la emergencia por el coronavirus los políticos podrán darse otros lujos pero mientras tanto los esfuerzos oficiales deberían ponerse en una fuerte contención social. En definitiva, si los vecinos necesitan otro respirar para sobrevivir al Covid-19 van a tener una hermosa plaza que no se sabe si van a poder estrenar porque los tiempos son inciertos y la vacuna no aparece. Con esta lógica, queda más cerca ir a tomar mate una de estas tardes con San Pedro.
