Las comparaciones son odiosas pero también pueden ser beneficiosas, por lo menos de cara al año que viene. Tal vez en 2021, las cosas podrían ser al revés. Lo cierto es que a fines de 2020, el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, anunció el pago de un bono de 34.000 pesos y un aumento salarial del 47 por ciento a partir de febrero, mientras que el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, anunció un aumento de 3.500 pesos, es decir 30.500 pesos menos comparativamente. ¿Por qué la diferencia?
Los sueldos están lejos de la realidad inflacionaria y la pandemia hizo estragos en la economía familiar. La brecha entre los funcionarios y el trabajador raso es enorme. Como si fuera poco, provincias vecinas ofrecen un bono muy diferente a pesar de que la realidad es igual de cruda y dolorosa. Dónde radica la diferencia de 30 mil pesos cuando los catamarqueños y los santiagueños merecen el mismo respeto o tienen las mismas necesidades.
La economía es una ciencia social porque las decisiones económicas impactan de lleno en la sociedad, favoreciendo a un sector y perjudicando a otros. La decisión de invertir en el recurso humano depende del perfil de los gobernantes pero además está el contexto indiscutible generado por la pandemia donde priorizar obra o plazas no parece estar en sintonía con la actualidad.
