Desde la madrugada del pasado sábado, 6 de julio, el gremio de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) ha manifestado su descontento con el sistema, dejando sin transporte público a Tucumán por cinco días consecutivos, reactivando sus actividades el jueves 11 del presente mes. Decisión tomada por César González, secretario general del gremio UTA y por Jorge Berreta, titular de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor (Aetat), sentenciando que: “Si no hay solución, volveremos al paro desde este miércoles”.
Esta medida de fuerza fue tomada, porque los choferes no habían percibido el sueldo de junio y en vista de tan precaria situación, los empresarios ofrecieron abonar en dos parte dicho monto, una primera cuota del 70% y luego una del 30% restante. Berreta, por su parte, manifestó que la “buena voluntad” de las tres partes implicadas (gremio, empresarios y Gobierno) hizo posible la “resolución” momentánea de la situación. “Pero esto, de ninguna manera soluciona los problemas de fondo del transporte público”, aclaró el empresario.
Asimismo, González declaró que dicho problema lleva años y la resolución del mismo aún no es evidente para los órganos rectores. “Desde marzo tuvimos numerosas audiencias y no nos pudimos poner de acuerdo. Desde noviembre del año pasado, el Estado nacional dejó de controlar el transporte y lo traspasó a las provincias. Esto trajo muchísimos problemas”, explicó el secretario en declaraciones ofrecidas al programa radial “Café Prensa”.
En este sentido, Jorge Kiener secretario del Interior de UTA nacional, explicó que si bien “hay un 50% de los trabajadores que firmaron la paritaria (comisión especial, integrada en números iguales por representantes de trabajadores y de empresarios, que tienen la facultad de analizar puntos específicos de las relaciones laborales)”, del mismo modo, “hay varias secciones que no han logrado ponerse de acuerdo, entre ellas Tucumán, para cobrar el aporte salarial que se pagará a partir de julio”. Por este motivo, los tucumanos se preparan para la desaparición de los omnibús en sus calles.
Por tanto, el panorama se pinta un tanto difuso, por un lado se debate el aumento del boleto de colectivo, mientras que por el otro, el conflicto nacional continua y amenaza con dejar sin servicio de ómnibus a la provincia por al menos 72 horas. La UTA se cansó de esperar un llamado desde la Casa de Gobierno para concretar una nueva reunión que logre solucionar esta problemática, pero hasta ahora no ha ocurrido nada.