En la ciudad de Yerba Buena comenzaron un plan de acción ecológico que apunta a la multiplicación de especies nativas. Esta idea surgió ante la necesidad de reforestación en la ciudad. Para esto, el municipio se contactó con una serie de especialistas de la facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Tucumán. En un trabajo coordinado, firmaron un convenio de cooperación y acordaron crear un vivero propio, el cual estaría dedicado a la creación y multiplicación de especies tales como arrayán, chalcha, aguaribay, mato, tarco, entre otras.
Inicio del proyecto
El inicio de este proyecto tuvo su lugar en el mes de septiembre del año pasado. A partir de ahí, la ciudad, junto al biólogo Pablo Quiroga y especialistas de la UNT, comenzaron con la recolección de semillas. “Es la base de todo, ya que la garantía de una buena genética es lo que nos brinda la tranquilidad de que el árbol se comporte bien en un futuro, treinta o cuarenta años después de haber sido plantado”, explicó el ingeniero Claudio Graña, director de Medio Ambiente.
Luego de ese trabajo, la iniciativa entró en la fase de de la multiplicación, la cual terminó hace unos días con la última camada de especies. “Lo que ahora queda es esperar que crezcan un poco más, que tengan el tamaño justo e indicado para poder plantarlas, que es de 1,5 a 2 metros. Si no es en esta primavera será el año que viene”, describió Graña.
En ese sentido, el director de Medio Ambiente sostuvo que este proceso cada vez irá dando más resultados. Con el paso del tiempo el número de especies nativas se irá multiplicando. Esta multiplicación no solo será en números, sino también de variedad. A su vez, el funcionario aseguró que este trabajo resultará beneficioso para el arbolado urbano de Yerba Buena.
Especies nativas de la ciudad
Si bien este proyecto surgió con la idea de fortalecer la flora autóctona del municipio, la fauna también será beneficiada, en especial las aves. “Hemos apuntado al aguaribay, arrayán y mato, porque además de ser nativas tienen pequeños frutos que los pájaros comen. La intención es plantarlos en el pedemonte para que sea una continuidad del cerro y las aves puedan llegar lo más abajo posible”.
