Llega agosto y con él las festividades dedicadas a la Madre Tierra en la mayoría de las provincias de Argentina. En Catamarca, el ritual del 1 de agosto expuso una situación extraña. A través de redes sociales se vio que sacrificaron una cabra para “celebrar” el Día de la Pachamama. Al episodio lo filmaron en vivo y después borraron esa publicación de las redes sociales.
La reacción de la Red Solidaria Animal representada por Ayrton Matías Páez entiende como excesiva la conmemoración, además de arcaica. En épocas donde los animales ya tienen otro protagonismo, utilizar una ofrenda de este valor no tiene razón. Por su parte, Páez expresó a través de una publicación que “un traumado llamado Pascual Gutiérrez” mostró cómo hacían “una ofrenda” a la Madre Tierra con una cabrita, a la que mataron lentamente haciéndola agonizar.
“Después me preguntan por qué odio las pelotudeces de la Pachamama”, sentenció el proteccionista que forma parte de la UCR. La Pachamama o Madre Tierra, es la diosa femenina de la tierra y la fertilidad, una divinidad concebida como la madre que nutre, protege y sustenta a los seres humanos. La ceremonia normal incluye comida, bebida y se festeja con música y coplas. El músico de Belén sumó el sacrificio de la cabra, la hizo agonizar y no tuvo registro de que esto no se debía.
Laura de la Vega compartió el video de Pascual Gutiérrez, el músico de Belén, en Facebook, el cual luego fue eliminado. En su exposición, de la Vega expresa total repudio a este hecho. “Quiero expresar mi total desagrado con el acto de sacrificio hacia un animal como ofrenda a la Tierra realizado ayer”, manifestó a través de su publicación.
Además agregó: “Respeto profundamente el ritual de agradecimiento a nuestra madre tierra en el que como ofrenda damos todo lo que sale de los cultivos de ella, semillas, tabaco, frutos, vinos, etc. Pero me parece totalmente desagradable el sacrificio de un animal para ello”. A la espera de nuevas acciones para cada festividad, de una u otra forma, el valor inconmensurable de la Tierra estará presente sin la necesidad de hacer agonizar a un animal.