En la jornada de ayer, a raíz de la confesión del femicida, se conoció el brutal crimen a una madre de tres hijos en el departamento Andalgalá. Eugenia Olivera, oriunda de Tucumán, de 37 años, habría sido asesinada por su pareja y padre de los niños. El caso salió a la luz luego de que una amiga de la víctima publicara su desaparición en las redes sociales y pedir con insistencia por su paradero.
Según trascendió, el asesino le expresó a las amistades de la joven que esta se habría marchado a la vecina provincia a visitar familiares y que los había abandonado. Sin embargo, esta versión no convenció a las personas que habían perdido contacto con Eugenia Olivera el pasado 16 de julio. Por este motivo, la Justicia de Andalgalá abrió una investigación de oficio para resolver la situación.
Luego de esto, el personal de la División Homicidios de la Policía de Catamarca y los peritos de Criminalística comenzaron las tareas de su especialidad. En este marco, lograron que el femicida identificado como Eliseo Guerrero les confesara lo peor, el asesinato y el posterior descarte del cuerpo. Con estos datos, las pesquisas y la ayuda de los perros, llegaron a un descampado ubicado en inmediaciones a la Ruta N° 46.
Una vez en el lugar, a unos 30 kilómetros de Andalgalá, encontraron restos óseos presuntamente calcinados de la que sería Eugenia Olivera; aún resta confirmarlo mediante estudios científicos. Por el hecho, Eliseo Guerrero quedó arrestado por disposición de la fiscal, Soledad Rodríguez; quien se dirigió al lugar de los hechos para determinar las causas de su desaparición.
El reclamo de los conocidos de la joven
En la tarde de ayer, los conocidos de la joven madre se manifestaron frente a la Comisaría pidiendo justicia. Los presentes denunciaron que el ahora detenido no sería el único responsable del femicidio, ya que familiares del violento habrían aportado para la coartada. Lo llamativo del relato es que hacía más de dos meses que la mujer se habría marchado y no mantuvo comunicación ni siquiera con sus propios hijos.
